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martes, 24 de noviembre de 2015

► The Clock is Ticking (Punto de Vista I)

The Clock is Ticking


¡Hola! Hace tiempo os dije que publicaría aquí la historia de puntos de vista de Estrella dentro de la temática My Winx. Bueno, ya no me enrollo más. Aquí os dejo el primer punto de vista.

 ⚖ El Peso del Universo (Punto de Vista I) 

 Caminaba por el pasillo de la academia, estaba vacío, mis pasos resonaban en el suelo enmoquetado. Un ruido llego hasta mis oídos. Venia de fuera. Mire por uno de los ventanales de cristal y vi una nave recién aparcada. Eran las chicas que ya habían llegado. Me apresure a salir del edificio cuando me detuve de golpe por un mal presentimiento, me había dado un vuelco al corazón. Fue como aquella lejana vez. Ya ni la recordaba ciertamente, el tiempo...cruel tiempo, me había arrebatado mis recuerdos más preciados, aunque tristes a la vez. 


Salí del edificio y me encontré con Valentina de frente. No tenía ganas de nada hoy, tenía ganas de encerrarme en mi habitación y no salir en tres días. Pero debía ser fuerte, mantenerme fuerte por ellas, por las personas que quería y que requerían de mi ayuda. 

-Vamos chicas, debemos empezar con el entrenamiento. No nos podemos demorar más. Cuanto más nos demoremos. El tiempo se pondrá a favor del enemigo, y eso no lo podemos permitir.- 

Dije seriamente mirando a las chicas que se despedían de sus novios con un beso y se dirigían a mí.
Ellas necesitaban que yo las guiara, pero... ¿Quién me guiaría a mí? Sentía la balanza del universo sobre mí. Un movimiento en falso y todo se acabaría para todos. No podía permitir eso, me tenía que mantener en pie por las personas que me importan. El mal había acabado con casi todo lo que me importaba. Era como un huracán. Se llevaba todo a su paso. Yo había perdido, pero no permitiría que ellas también lo perdieran como yo. 

-Estrella. ¿Antes del entrenamiento puedo pasar por el cuarto de baño?- Dijo Celeste

Arquee una ceja hacia ella. 

-Está bien, pero no te demores. Estaremos aquí en el jardín.- Dije también mirando a las demás

Hoy tocaba clase práctica. Por una parte no quería que ninguna de ellas me venciera, porque me hacía sentir débil. Lo único que poseía yo era mi inteligencia y mi poder. Si me arrebataban una de las dos cosas, me frustraría aún más. 

-¿Hoy toca clase práctica?- Pregunto Valentina.

Yo la mire y me acerque más a ella y a las demás. 

-Sí, hoy práctica. ¿Quién quiere ser la primera?-

Me transforme y me quede en el suelo esperando a que ellas se decidieran. Al final la que tuvo el valor de empezar la primera fue Valentina. La conocía perfectamente. No era santo de mi devoción, pero debía dar ejemplo. ¿Qué pasaría si Faragonda se enteraba de que no me gustaba ella? Mi abuela la quería como si fuera su nieta. ¿Me dejaría de querer porque no quería a Valentina? ¿Me consideraría mala persona? No lo quería comprobar. Las cosas estaban bien como estaban ahora. Aunque mucho me temía que las cosas para mí, solo acababan de empezar. La clase trascurrió bien sin contratiempos. Valentina se rindió, y la siguió Celeste, Dalia y las demás. Al concluir la clase, todas se marcharon a sus habitaciones. No sin antes ponerles tarea. Aunque fuera clase práctica, yo siempre era de mandar tarea para el día siguiente. Mi rutina de clases era siempre la misma. Griselda me la había inculcado desde que era una joven aprendiz. 

-Hola Estrella. ¿Qué tal estas?- 

Escuche una voz detrás de mí. Era Avalon. Me gire y puse una sonrisa. Avalon era como un tío para mí. Me había visto crecer. Equivocarme, dañarme y convertirme en una alumna intachable hasta ser lo que soy ahora, una de las mejores profesoras que han pisado esta escuela. 

-Bien, algo cansada. Pero no es nada nuevo.- Dije con una mueca.

El me miro y me sonrió.

-Ya sabes que a Faragonda no le gusta que estés triste. Ya sabes cómo es el vínculo. Es como un círculo vicioso. Una se pone triste y la otra al rato lo siente.- 

La verdad es que últimamente Faragonda pasaba de mí. Cuando me veía por los pasillos ni me miraba y cuando estábamos en la cena, lo único que hacía era hablar de las hadas elementales. Ya ni me preguntaba qué tal estaba ni nada. Lo único que hacía era pensar en las chicas. No la culpo porque bueno, ellas son el futuro de la dimensión mágica. De ellas dependían que el bien triunfara o no.
-Me voy a ir un rato a mi habitación a corregir unos exámenes de historia. Nos vemos en la cena.-
Me marche. Avalon se había quedado algo preocupado. Desde hace unos días, no comía mucho ni tampoco dormía. Du Flour también estaba preocupada por mí. Incluso Griselda se había dado cuenta. Mañana hacia dieciocho años de la muerte de mi madre. Ella murió cuando yo tenía dos años. Quizás por eso estaba de bajón. Subí a mi habitación. Esperaba no encontrarme a nadie. Iba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que alguien cruzaba la misma esquina que yo y nos chocamos. Yo caí al suelo y todos los papeles se desperdigaron. 

-Estrella. ¿Te has hecho algo?-

Mire al frente, era Griselda, a ella también se le habían caído unas carpetas. Me ayudo a levantarme y recogí todos los documentos. Eran facturaciones de Alfea y exámenes de segundo año de convergencia que había hecho esta mañana para las evaluaciones de mañana. 

-No, solo fue el golpe de caer. No te preocupes.-

Griselda me miro dubitativa y se colocó las gafas.

-Está bien, ten más cuidado la próxima vez. Faragonda me ve que por mí, estabas en suelo y me lanza el hechizo más potente que tenga.-

Griselda y yo reímos. Faragonda era muy exagerada. Sobre todo con migo. La verdad es que era extraño su comportamiento hacia mí, estos días. 

-Bueno, me tengo que marchar, adiós Estrella.-

Griselda se marchó por el lado contario y yo seguí mi camino hasta la habitación. Me metí en ella y cerré la puerta. Eche un suspiro. Mi gata me miro desde la cama donde estaba tumbada. 

-Espero que a ti te haya ido el día mejor que ha mi.- Suspire mirando a mi gata.

El resto de la tarde fue tranquila, corrigiendo y demás. Me marche a darme una ducha para después ir a cenar. Cuando salí de la ducha, para coger la ropa limpia. Una gata rosa espectral estaba sentada en mi cama. Mi gatita que estaba comiendo no la veía. Solo podía verla yo, era Alfea, el espíritu de la academia. 

-No te esperaba hoy. Pensé que te habías olvidado de mí. Como todo el mundo.- Suspire y cogí la ropa. 

Me iba vistiendo mientras que Alfea me miraba y me hablaba.
-¿Tienes celos Estrella? No es propio de ti.- Alfea rio débilmente. Lo que podía reír un gato.
Me enfurecí. Yo no estaba celosa. No me importa lo que Faragonda haga con su vida. Ya es mayorcita. Si quiere pasar más tiempo con las chicas y en especial con Valentina, no es mi problema.

-¿Yo? ¿Celos? Estas demente Alfea. ¿Cómo se te ocurre?- 

Comente mientras que cogía mi bolso para bajar a la cena. 

-Te conozco mejor de lo que crees. Esta celosa, siempre lo has estado. Pero no te culpo, es culpa mia y del vínculo.- Decia Alfea.

La verdad es que tenía razón aunque no lo quisiera admitir. 

-No me conoces. No me conoces ni la mitad de lo que deberías.-

Y dicho esto me marche de la habitación dejando a Alfea sobre mi cama mirándome dubitativa. Al llegar a la cena, habían llegado Griselda, Du Flour y Wizgiz. Yo me senté en mi sitio en frente de Du Flour. Ella me cogió las manos.

-¿Qué te pasa? Estos días no estas de muy buen humor.-

En eso, llego Faragonda con unos papeles en la mano. Yo la mire y gesticule a Du Flour. Me había entendido perfectamente. Esta se sentó al lado mío pero siguió a lo suyo. Al rato llego Griselda y los demás, incluida Daphne. Esta se sentó al lado mío. La cena empezó, Faragonda no dejaba los papeles ni para comer. ¿Qué tan importantes serian? 

-¿Hoy tampoco vas a comer nada?- Dijo Daphne

Yo estaba jugando con la comida moviéndola para un lado y para el otro con el tenedor. La verdad es que hoy tampoco quería comer. 

-¿Qué más da, Daphne?- Suspire

Daphne me negó con la cabeza.

-No te reconozco. Sé que mañana hace dieciocho años de lo de Marlene. Pero...no debes ponerte así. Ella no lo hubiera querido.- Comento Daphne.

Lo bueno era que nadie nos oía porque estaban hablando entre ellos. Yo me levante de la mesa.

-Sé que no lo hubiera querido, pero yo no elegí quedarme huérfana. Quedarme sola.-

Faragonda levanto la vista de sus papeles. Yo me marche de la mesa. Todos se habían quedado callados. Rápidamente me metí en mi habitación y me quede tras la puerta sentada en el suelo. Al rato me venció el sueño y me tuve que asear y meterme en la cama. Me quede dormida abrazada a un portarretratos blanco. En el estábamos mi madre y yo cuando era un bebe. 

"No sentía ni frío ni calor, no estaba triste, mucho menos feliz, sentía esa presión en el pecho...me sentia vacía.....otra vez"
~~~

Al rato de que Estrella se quedara dormida, la puerta de su cuarto se abrió y Faragonda entro. Estaba preocupada por lo que había pasado en la cena. Se acercó hasta la cama de Estrella y la tapo, también cogió el portarretratos. Lo dejo en la mesilla de noche y se sentó en la cama de Estrella y la abrazo.

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